Día 35 – La historia donde la humildad no existía en mi diccionario

La humildad ha sido una de las herramientas con las que más he tenido que trabajar a lo largo de mi vida. 

Siempre me va a enseñar nuevas cosas, es algo similar a cuando tienes que practicar y practicar algo, en ese proceso se va perfeccionando.

Hay personas que nacen con la esencia de ello, en mi caso recuerdo que en mi mente ni existía la palabra, no estaba en mi diccionario y por consiguiente lo que puede significar. 

Siempre he continuado mi camino, nunca me detengo. 

Recuerdo cuando era un niño y el grado 8 fue el módulo escolar que casi pierdo ya que mi enfoque estaba en la pasión de hacer cosas nuevas y diferentes. La radio, por ejemplo. 

Hay una historia que me contó la recorta de aquel colegio. 

Previo a finalizar el año escolar hicieron una reunión con todos los profesores exponiendo mi caso ya que tenía 5 materias perdidas, por “bajo rendimiento”. En algunos temas, la razón era, por falta de interés ya que al mismo tiempo estaba realizando radio, era concejal de mi colegio, estudiaba producción, ya trabajaba en una emisora reconocida de la región, conociendo artistas y vivía la vida de un niño de 13 años. 

Lo menos importante para mí en ese momento era cumplir con esas materias que sentía que no me aportarían nada en la vida. 

La información que he necesitado la he ido recibiendo en el momento que la debo utilizar, no es necesario perder tiempo en cosas poco importantes o que no nos impulsen al siguiente paso. 

En aquella reunión los profesores que sentían que no tenía un “alto rendimiento” decían… hagámosle perder el año. 

La rectora en medio de este discurso intervino a mi defensa diciendo: 

“Para qué le vamos a hacer perder el año, si, ya todos sabemos qué es lo que él va a ser” 

¿Qué iba a ser? Tal vez ella veía desde ese momento, con mis acciones el Jhon Jadder que soy ahora. El que hace un mundo más positivo y mantiene firme su postura ante cualquier persona que sea como esos profesores que dejan de ver más allá, y olvidan qué hay un infinito mundo de posibilidades y que quizá los de bajo rendimiento eran ellos, porque no tuvieron la visión de futuro que tuvo la suprema de dicho colegio. Finalmente veo en el otro lo que veo en mi mismo o siento de mí.  

Continúa adelante, aceptando que todo cambia y evoluciona, se adapta y mejora.

La humildad es reconocer que siempre podemos ser mejores y que no importa lo que pase, tus objetivo deben lograrse respetando la persona que eres. 

Para finalizar esta conversación debo también aceptar que mi soberbia, ha sido fatal para mi, no me ha traído nada bueno, por el contrario me ha alejado de la realidad. Finalmente, cualquier persona puede ser exitosa y en el camino todos somos iguales. Estamos hechos de lo mismo.

Debo decirte que sí, es bueno bajar la cabeza y reconocer que lo qué hay fuera, es solo el espejo de lo que nosotros tenemos dentro. 

Continuo aprendiendo este valor y muchos otros que vendrán, en el tiempo que viví en Baja California tuve que aprender de empatía, pero bueno, ese lo dejaré para otra conversación. Seguiré perfeccionándolo, me he visto en la impetuosa necesidad de leer más libros sobre la humildad, conocer casos de personas que lo han sido de corazón y así integrarlo en mí ser aplicándolo en la vida. 

Espero no me tome 40 años como en el caso de Moises, que necesitó todo ese tiempo para aprender humildad y mansedumbre, pastoreando el rebaño del sueño en una tierra lejana llamando Madián para que Dios pudiese usarlo en sus grandes obras. 

Igualmente, si debe tomarme todo ese tiempo, lo aceptaré y aprenderé de la vida misma. 

Feliz día. Te amo. 

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¿En tu diccionaria ha existido la humildad? y ¿cómo lo has aprendido?