Después de un viaje espectacular y una grata estadía en la majestuosa Guadalajara, tomé mi vuelo rumbo a La Paz, Baja California Sur, el día martes. Un poco más al norte se encuentra el otro California, Estados Unidos, y Las Vegas.
La Paz es un lugar paradisiaco y desértico, donde los cactus son la planta principal y abundan por todas partes, incluso más grandes que tú. En las noches, contrastando con la luna, me contaron que se grabaron escenas de la película del Titanic en ese mar.
Es como un espacio virgen, lleno de vegetación y playas de otra dimensión. Los atardeceres son únicos, llenos de mucho color y omnipotencia.
Es una zona bastante costosa, el doble del costo de Guadalajara, y un poco más al sur se encuentra Los Cabos, donde el coste de vida es el doble que en La Paz.
La bahía puede llevarte unas 2 horas caminarla debido a su extensión. En mi caso, bajaba desde mi casa en una colina con vista a los yates de los grandes millonarios. Incluso se podían ver saliendo en sus helicópteros desde la proa de sus ciudades flotantes y regresando en las tardes, con giros alrededor para un descenso rápido en cuestión de segundos.
Allí trotaba, subía al cerro de la calavera y recorría sus lejanías con mis compañeros de viaje de aquel momento: Mauricio Benoist, Leila, Aaron, Rosi y Anabella.
Una historia llena de tequila y comidas mexicanas, como el delicioso pozole que nos preparaba Esbeydi. En fin, muchas enseñanzas de vivir en paz, tranquilidad, plenitud y rompiendo nuestros propios paradigmas.
Pasé reprogramándome con estos millonarios para transformar mi realidad a una nueva. Aún continúo en el proceso y confío en nuestro camino. Sé que DIOS es quien ha hecho cada una de las cosas que pone en nuestro proceso y con las mejores intenciones seguiré superando para disfrutar al máximo esta realidad. Porque puedo morir mañana, y si muero mañana, lo haría dichoso porque he dejado un legado para 157 países, incluso más. Podremos llegar en algún momento, si así lo desea el creador, a 8.000 millones de personas.
De una u otra forma, impactando sus corazones así como lo estoy haciendo contigo en este momento.
Nos vemos en el próximo «Hablando con Jhon Jadder». Gracias por tu tiempo y te invito a comprar mi libro «Puedo Morir Mañana». Estarás dándole poder a tus sueños.
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