Algo que quizá muchos no sabían es que cuando tenía entre 7 y 9 años, fui monaguillo en una iglesia. En aquel entonces, recuerdo sentir un llamado para interesarme en hacer lo que hacían los niños que ayudaban a los sacerdotes. Por parte de mi familia, soy católico, ya que es la cultura con la que ellos crecieron. Sin embargo, al pasar el tiempo, me empecé a interesar más en la espiritualidad que en la religiosidad. Me enfoqué en los medios de comunicación desde esa edad, creé mi emisora virtual cuando tenía 8 años y simultáneamente realizaba varias actividades.
Mi madre aún lamenta el hecho de que no fui cura, pero como decía mi papá, iba para cura, pero no sirvió para eso. Jaja, mentiras.
En todo caso, me encanta la libertad que tengo y la vida que Dios me ha dado, ya que finalmente todo lo que tengo es obra de él, y no de una religión en particular. Cuando pienso en un ser supremo, pienso en una absoluta creación. Hoy me relaciono con personas de todo tipo de religiones, y de todas aprendo. Siento que no debería haber una religión como tal, sino más bien una conciencia del desarrollo del ser, el autoconocimiento, la autocrítica y la evolución de los seres.
Hoy por hoy, no solo debemos enfocarnos tanto en lo material, sino en lo energético, ya que de allí provienen todas las cosas, incluso el pensamiento.
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