El ambiente vibrante de Guadalajara, lleno de pasión y tradiciones. Desde mansiones hasta fábricas de tequila, una experiencia inolvidable.
Muy animado todo el ambiente de este lugar, lleno de pasión y cosas hermosas. Bueno, pues en realidad están a un paso. Lugares de primera, como Andares de Zapopan, sus parques naturales, mansiones, incluso conocí un edificio que es propiedad de Donald Trump.
Les conté que había tomado la loca idea de quedarme en México más tiempo. Quería un nuevo comienzo. Las cosas de mi apto en Cali, en ese momento las regalé literalmente para que saldasen unos pendientes y liberarme de toda carga que me impidiera moverme. En realidad siempre hay que viajar livianos.
Después de saber que había perdido mi vuelo, me dispuse a preparar mi maleta para hacer el check out. Me hospedé en una suite presidencial en el piso 28 de una belleza de construcción. Piscinas, gimnasios, restaurantes, servicios, tiendas y hasta un lugar tipo teatro.
Atención 10 de 10, una de las mejores experiencias. Con decirles que en un momento, en su restaurante, pedí unos tacos deliciosos, acompañados de licor bien fuerte y cuando iba a tomar un tenedor, se cayó. Les cuento que no alcancé a recogerlo. Porque en el momento que se cayó, una persona de servicio me volteó a mirar, corrió y me dijo, no, déjalo ahí. Pero antes de que dijera eso ya tenía 2 tenedores nuevos en mi mesa. Jaja.
Empresarios, líderes y muchas personalidades importantes fueron hasta allí a mi oficina privada incluida con un gran buffet de bocadillos. Me visitaban a hablar sobre ideas de negocios, entrevistas y hasta fans que me brindaban su amor con detalles de sus emprendimientos.
Después de una grata experiencia, bebiendo en mi solitaria habitación con una vista a toda la ciudad, me he emborrachado y disfrutado de mi estadía en la ciudad rodeada de agave.
Al salir del hotel, ese sábado, me estaban esperando en el lobby mis amigos Samuel y Sergio, de los que les había comentado en el capítulo #HCJJ6. Me esperaban junto con otra chica y otro empresario de la zona.
Abracé a todos, pusimos mi maleta en la cajuela del carro y rumbo a un tal ‘’tequila’’, pueblo del agave. ¿Qué es eso? Me preguntaba yo. En fin, me sentía en total plenitud, así que a disfrutar del viaje. Unas 2 horas de recorrido, viendo zonas muy llenas de la planta con la que producen esta bebida del mundo.
Conocí la fábrica de José Cuervo, no sin antes haber probado los cachalotes con una salsa roja y limón. Jaja. Rico, sabía como a maní. Eran un tipo de grillos. Sentía tus patitas en mi boca. Remos, caminamos y nos fuimos a los auténticos cantaritos. Un ambiente banda, diversión, rusticidad y el que se emborrache más gana.
Haz tu fila mientras ven cómo lo preparan. Llega tu turno, después de haber pagado en una caja todo lo que vas a consumir y empiezan a preparar tu bebida. Personal, para 2 o para toda una familia. Íbamos varios, así que tomamos unas grandes, ponen hielo, mucha sal, limón, toronja, soda y tequila… mientras recitan unas palabras como mágicas para que salgas bien ebrio.
Después de hasta subirme a la mesa a bailar, que en realidad las sillas y mesas eran troncos de madera, disfrutar de la compañía, me llevaron al apartamento del amigo arquitecto de Guadalajara. Iba muy feliz viendo el atardecer como a las 8 de la noche y una mágica luna.
Al llegar al apto, me sentía en realidad muy equilibrado después de haber bebido. Sergio ha sacado una de sus mejores botellas de mezcal, nunca lo había probado y me dio un gran shot.
Dios, eso sentía que me quemaba.
De allí me invitaron a un ‘’antro’’ como le llaman ellos. Ya empezaba a sentirme algo maluco, al entrar, corrí directo al baño a vomitar. Jaja. Estuve una hora en la discoteca y pedí que me llevaran a casa para dormir porque quería descansar. Llegué a casa, dormí y al día siguiente me invitaron a recorrer. Comí torta de arrachera y al pastor. Agua de horchata a lo loco y muchas comidas deliciosas. En resumen, una experiencia única. Su gente y cultura les hace uno de mis lugares favoritos del mundo. Finalmente estuve allí hasta el martes y tomé vuelo rumbo a La Paz, Baja California. En el siguiente capítulo nos hablamos sobre los yates, helado y vida que tuve en ese lugar con el millonario por el que viajé a México a su conferencia. También otros 5, con quienes convivía.
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